Llevaba días mi mujer persiguiéndome para que redactara un artículo sobre Jonathan Barreiro porque «había mejorado mucho desde que llegó» y además «tiene cara de buena persona».
En un primer momento me mostraba escéptico sobre la idea de escribir unas líneas sobre el alero gallego, ya que últimamente se ha escrito mucho y bien sobre él y tampoco veía que podía añadir sobre el jugador de Tecnyconta Zaragoza. Aquí os adjunto dos artículos escritos en menos de un año sobre el jugador salido de la cantera blanca:
http://www.acb.com/redaccion.php?id=137620
En los últimos días me puse a pensar en las palabras de mi mujer sobre que «había mejorado mucho». Ciertamente, la evolución de Barreiro desde que llegó a Tecnyconta Zaragoza ha sido escalonada y creciente año tras año. Todavía no ha terminado de explotar como aquel Ricky Rubio o Luca Doncic, pero quizá debemos dejar de lado los nombres que suenan en nuestra cabeza y centrarnos en él, un alero con cuerpo de ala-pivot que viene de sufrir un auténtico calvario de lesiones. Bajo esa cara de «buena persona» se esconden muchas horas de gimnasio, de frustraciones y de quirófano. Pero Jonathan ha vuelto. «El renacido» ha llegado a la élite para quedarse.
En el Tecnyconta actual, Jonathan Barreiro es un jugador de rol. Si Porfi le pide defender, ahí está el primero bajando el culo. Si hay que rebotear, lucha bajo los tableros mucho más que algunos pivots que han pasado ultimamente por aquí. Barreiro no es un anotador, pero tampoco se esconde cuando hay que jugarse tiros importantes como en Breogán o el «buzzer beater» del tercer cuarto contra Joventut.
De fino estilista a guerrero. La evolución de Barreiro
Antes de la lesión cuando dominaba las categorías inferiores, Jonathan era un fino estilista. En su Galicia natal llegó a jugar de base, cargando a cuestas con el apodo de «el Magic Johnson gallego». Y en el Real Madrid él y Doncic eran los reyes del Junior. Pero las lesiones lo cambiaron todo. Sin explosividad y sin confianza, Barreiro tenía que empezar de 0.
En el partido de presentación contra Alba Berlín me llamó poderosamente la atención que Barreiro empezaba a pisar pintura. Penetraba con agresividad, sin miedo, borrando las facciones de niño de su rostro para convertirse en un hombre. Me preguntaba si sería algo puntual o si estábamos ante una nueva reinvención del alero gallego. Trascurridas diez jornadas podemos decir sin temor a equivocarnos que Jonathan ha dado un nuevo paso en su progresión.
El anterior gráfico refleja las zonas de tiro por volumen de Barreiro durante esta temporada. Como podemos observar, el tiro de 2 (entre zona y Midrange) alcanza casi el 60% de todos sus tiros, mientras que la temporada pasada ese porcentaje apenas llegaba al 40%. Respecto a los tiros intentados, JB hasta la fecha ha tirado 30 tiros (22 desde la zona y 8 desde el Midrange) con un 40% de acierto, lastrado por su baja eficiencia (0/8 en TC) desde esta última distancia. Por ponerlo en perspectiva la temporada pasada (34 partidos) tiró unicamente 58 tiros de 2. Es decir, si sigue con la progresión actual Jonathan habrá doblado a final de temporada su volumen de tiro desde la zona.
La primera conclusión que podemos extraer de su uso ofensivo comparando ambas temporadas es que Jonathan ha pasado a ser un tirador a pies quietos desde la línea de 3 puntos (esquinas y 45º desde 6,75 suponían un 57% de volumen de tiro la temporada pasada) a ser un jugador más completo y más agresivo.
Esa evolución no podemos entederla sin los sistemas de Porfi Fisac, con mucha más tendencia a la penetración y la agresividad y menos uso de las esquinas que los entrenadores de Basket Zaragoza la temporada pasada.
La agresividad también se suele reflejar en las faltas recibidas, uno de los «debes» de Barreiro la temporada pasada. Así, hasta la fecha el alero ha recibido 14 faltas en 10 partidos habiendo ido a la linea 11 veces. En toda la temporada pasada, recibió 33 faltas y fue a la línea 18 veces.
Con sus 2,04, su evolución natural es la de ser un 3 dominante en la competición. Un 3 que, además de anotar y ser agresivo, sea importante en el rebote. Y Jonathan también ha mejorado en este aspecto. Mientras en toda la temporada pasada capturó 92 rebotes, en la 2018-2019 ya lleva 45, doblando prácticamente sus registros por partido.
Como decíamos antes, Jonathan Barreiro es, ante todo, un hombre de equipo que mira más allá de sus propios números en beneficio del colectivo. Es por eso que, a pesar de que su valoración media mejora la del año pasado, no pasa de ser la valoración de un jugador de rotación (5,7 en la 2018-2019 en 19 minutos por 4,26 la 2017-2018 en 18 minutos) entre otras cosas porque Jonathan no es un jugador que abuse del tiro ni del 1×1 siendo su uso ofensivo del 16%, nada comparado con sus tiempos de Junior en el Real Madrid donde su uso se situaba cerca del 30%.
Pero con él en cancha el equipo es mejor. Es uno de los 4 jugadores con los que Tecnyconta Zaragoza tiene un +- positivo, concretamente de 1,9 puntos, solo superado por McCalebb, Seibutis y Justiz. Además, el equipo defiende mejor cuando el de Cerceda se encuentra en pista, permitiendo 6 puntos menos por cada 100 posesiones respecto a su compañero en el 3, Stanley Oko
La mejora para el salto final
¿Qué le falta a Jonathan Barreiro para convertirse en un jugador titular en la Liga Endesa? Para responder a esta pregunta habría que empezar respondiendo que un jugador siempre tiene que estar mejorando y que la una carrera profesional no es una escalera uniforme en la que existe un final perfecto. Ni siquiera los más grandes de la NBA actual dejan de mejorar diariamente para seguir evolucionando su juego.
En el caso del alero gallego, una vez mejorada su capacidad para defender a exteriores más pequeños que él – Landesberg todavía recuerda su cara- y su agresividad hacia canasta, el siguiente paso natural es ser una amenaza desde el poste bajo. Desde luego este año no le van a faltar mentores (Radovic, Justiz o Martín) para lograr dar un salto cualitativo en este aspecto.
Ha habido jugadores como Alex Mumbrú, con mucho menos talento innato que Barreiro, que han desarrollado una carrera dominando el poste bajo, permitiendo a su equipo jugar situaciones de poste bajo tan difíciles de defender. Lograr eficiencia en este apartado del juego no es cuestión de un día, pero con talento y tesón.
Otro aspecto a mejorar es su toma de decisiones. Hasta ahora y debido a su juventud, Jonathan Barreiro comete en muchas ocasiones faltas innecesarias, lo que, junto con la falta de respeto arbitral (hay faltas que solamente se le pitan a los jóvenes) hace que en 4 de los 10 partidos haya estado por encima de las 3 faltas.
Siguiendo en la línea de la toma de decisiones, Barreiro debe mejorar su IQ sobre la pista. En cierto sentido, toca volver a sus tiempos de base, aquellos tiempos en los que asombró al mundo. Una de sus principales carencias es la tendencia a perder balones, aspecto que ha empeorado durante la presente temporada (13 balones perdidos por los 27 en toda la pasada campaña), probablemente también porque tiene más el balón en sus manos y muestra más agresividad en la pista. Si a eso le sumas que no es un jugador con tendencia a asistir (3 asistencias en 10 partidos), nos da una muy baja ratio asistencias/pérdida, como se puede observar del siguiente gráfico:
Con apenas 21 años, el futuro está en sus manos. Ya fue nombrado el año pasado dentro del quinteto joven de la Liga Endesa y este año todo apunta a que repetirá en dicho galardón. Con trabajo, esfuerzo y tesón no tardará en ser el 3 que lleva años buscando la selección española desde la retirada de Carlos Jiménez. Ojalá lo disfrutemos durante muchos años en el Pabellón Príncipe Felipe.